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HIDRÁULICA
Las centrales de agua fluyente se construyen en los lugares donde no se puede almacenar agua. La generación es intermitente debido a la variación del caudal durante el año. En temporada de precipitaciones abundantes desarrollan su potencia máxima y durante la época seca disminuye en función del caudal, llegando a ser casi nula en algunos ríos en la época del estío.
Su construcción se realiza mediante presas sobre el cauce de los ríos, para mantener un desnivel constante en la corriente de agua. Su impacto medioambiental es menor respecto a las otras tipologías de centrales hidráulicas.
Las centrales de embalse dejan fluir el agua de grandes lagos o de pantanos artificiales (embalses), conseguidos mediante la construcción de presas. Los embalses tienen la finalidad de mantener un caudal de agua lo más constante posible, con lo que la energía potencial almacenada suele ser la misma durante todo el año.
La presa dispone de unas compuertas que, según la demanda de energía, regulan el cauce para controlar la generación eléctrica. Estas centrales tienen un alto impacto medioambiental, ya que las presas son construcciones artificiales que alteran el ecosistema y la biodiversidad.
Las centrales de bombeo o reversibles tienen la posibilidad de almacenar volúmenes de agua en un embalse, que representan periodos más o menos prolongados de aportes de caudales medios anuales. Acumulan caudal mediante bombeo, con lo que su actuación consiste en acumular energía potencial. La alimentación del generador eléctrico que realiza el bombeo desde aguas abajo, se puede conseguir mediante el uso de otra central hidráulica, térmica o nuclear.
Es una solución de alto rendimiento, sin embargo genera una menor cantidad de electricidad a causa de las necesidades del autobombeo.
