
Más allá de hipótesis, el Blackout lo cambia todo
Martes, 29/04/2025
Las 12:35h del 28 de abril de 2025 marca un antes y un después en el sector eléctrico español. Y no solo por haber dejado sin luz a la mayoría del territorio español y portugués, sino por que crea un precedente y desmonta todas las teorías de robustez del sector energético.
Los 15 GW "desaparecidos", de los cuáles 10 GW eran fotovoltaicos, 3.300 MW de nuclear y algo de ciclos, apagaron no solo la luz "física", también algunas de las afirmaciones que dabamos por sentadas en nuestro sector eléctrico. No, no tenemos un sistema tan robusto como pensábamos y hay que plantearnos objetivos y tendencias.
Motivo del apagón, ¿había capacidad de respuesta?
En el momento de la gran desconexión, el sistema reportó 17.888 MW de energía solar activos, un 60% de la producción, y 3,7 GW de eólica. Hasta ahora, (7:13 am del 29 de abril), lo que se conoce del motivo del apagón es una caída de 15 GW de la generación en menos de 5 segundos, lo que creó una caída de tensión "irreparable" a corto plazo dada la poca capacidad de producción estable que ofrecen, entre otras, las centrales de ciclo combinado y/o nucleares. Además, el ENTSO-E (European Network of Transmission System Operators for Electricity), había informado hace pocos meses sobre la insuficiencia estructural de interconexiones internacionales entre España y el resto del continente. Ser una isla energética tienes sus pros, y ahora ha quedado demostrada su gran contra.
Sin estabilidad por un problema de frecuencia
La estabilidad de la red depende de la frecuencia a la que opera, y la española es de 50 Hz (En la mayoría de los países, la frecuencia de la red eléctrica es de 50 Hz o 60 Hz). Esta frecuencia representa la cantidad de veces que una onda sinusoidal de corriente alterna (CA) se repite en un segundo en un alternador rotativo, y tiene una relación directa con la velocidad de rotación de los generadores eléctricos como las turbinas. A groso modo, son las hidráulicas las que tienen la capacidad de regular mejor la frecuencia por su gestionabilidad.
La clave de los sistemas eléctricos es que la estabilidad de la frecuencia depende del equilibrio entre generación instantanea y demanda, el "kit de la cuestión". Una caída de 15 GW provoca un desequilibrio inasumible. Al suceder esto, el sistema se tensa tanto que se pone en riesgo la estabilidad y comienzan a desconectarse muchas cargas.
¿Y esto no sucede habitualmente? La respuesta es que sí, pero no a tal nivel. Cuando pasa, se activa la regulación, que tiene tres niveles en función de "la gravedad" de la caída de tensión. Tenemos en primer lugar la primaria, obligatoria, y en la que cada generador responde de manera casi inmediata y automática para compensar desequilibrios entre la oferta y la demanda en la red eléctrica. Este proceso se realiza en cuestión de segundos, principalmente a través de los reguladores de velocidad de las unidades generadoras, respondiendo a variaciones de frecuencia. Luego tenemos la secundaria, que permite activar la generación adicional en caso de emergencia. Y, finalmente, la terciaria, que vendría a ser el último nivel para "salvar" el sistema. En el caso de ayer, no había suficiente de nada.
Primavera es un gran momento para la fotovoltaica, pero es una tecnología que no aporta inercia rotacional ni regulación primaria, por lo tanto su desaparición instantanea provoca que se necesitaran otras tecnologías que dieran respaldo y esto no se cumplió, algo crítico para la estabilidad de la red.
La desproporción entre la generación y la demanda provocó que las herramientas que tenemos en el sector fueran insuficientes. Ahora bien, ¿cómo desaparecen 15 GW de producción?
Un problema de interconexión
En términos de capacidad de intercambio, España apenas alcanza un 3% de su demanda máxima interconectada con Francia, muy por debajo del mínimo recomendado del 10% que fija la propia Comisión Europea como requisito de seguridad y resiliencia energética. Este déficit, sumado a una alta dependencia de la generación renovable intermitente , sin suficiente respaldo flexible y de respuesta rápida, crea un entorno donde cualquier evento perturbador puede provocar desviaciones de frecuencia.
A esta situación estructural se añade un gran retraso evidente en la implantación de sistemas de almacenamiento de gran escala y en el despliegue efectivo de programas de Demand Side Management (DSM), particularmente orientados al corte controlado de cargas industriales en situaciones de emergencia (Underfrequency Load Shedding avanzado).
Según el ingeniero Maximilian Krüger, de Sistemas Eléctricos Senior, en Alemania, ante riesgos similares, se actuó decididamente a partir de 2005 mediante un paquete de medidas coordinadas que incluyó: Expansión de interconexiones, Implantación obligatoria de reservas de respuesta primaria, Despliegue masivo de almacenamiento energético, Modernización de SCADA y automatización predictiva, y Ciberseguridad energética estructural
Y ahora, ¿qué?
Si creíamos que el sector era robusto, no era verdad. Si pensábamos que Red Eléctrica tenía todo el control, no era verdad. Si pensábamos que íbamos por buen camino con objetivos muy ambiciosos, no era verdad. España tiene un enorme potencial para ser un suministrador de energía renovable, pero la necesidad de interconexiones con Francia es más que urgente pese a las limitaciones que existen, así como implantar ya sistemas de almacenamiento energético que son, precisamente, herramientas para gestionar la producción y adecuarla a la demanda.
Los objetivos del PNIEC son muy bien recibidos por el sector, pero hemos perdido el foco de la demanda, la que de verdad necesita crecer para poder acoger todos los MWh de energía que se produce en nuestro país. Hablamos de electrificar la demanda para aumentar las necesidades en horas pico, algo que se puede asumir teniendo en cuenta la gran cantidad de producción renovable en horas centrales del día sobretodo en primavera.
El autoconsumo energético puede salir beneficiado, pues todo aquel que tiene paneles solares y baterías ha podido mantener su suministro eléctrico independientemente del estado de la red. Quizás es uno de los pocos que sale bien parado, junto con la nuclear.
El debate de mantener o no las centrales nucleares entra ahora en otra dimensión, ya que la capacidad de estabilidad que ofrece la tecnología es fundamental, algo que muchos sabíamos y hemos defendido. Ahora, es más difícil aún defender su cierre.
Quedan muchos análisis por hacer, reflexiones y, especialmente, una revisión profunda de la hoja de ruta que seguimos. La transición energética no es solo poner el foco en la generación, el transporte y la demanda son tan o casi más importantes y llevan años en un segundo plano.
Se nos ha ido la luz, y no sólo en las redes.
Fuente de la imagen: REE