Para 2026, la región vivirá un punto de inflexión en materia de generación limpia, almacenamiento energético y modernización de redes eléctricas

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Colombia: diversificación de la matriz y auge del almacenamiento

 

En el caso de Colombia, Garrigues destaca los avances regulatorios y tecnológicos que permitirán reducir la dependencia de la generación hidroeléctrica, que actualmente representa entre el 60 % y el 68 % de la matriz nacional.

 

De cara a 2026, se prevé una expansión de los proyectos solares y eólicos, tanto onshore como offshore, junto con la implementación de figuras como las comunidades energéticas y la generación remota.

 

Un componente central será el desarrollo de Sistemas de Almacenamiento en Baterías (SAEB), considerados esenciales para garantizar la confiabilidad del sistema y gestionar la intermitencia de las energías renovables. La Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) avanza en una resolución clave para integrar estos sistemas en la red (701-103 de 2025).

 

Entre los principales desafíos se encuentran la expansión de la infraestructura de transmisión y distribución, los permisos ambientales y la estandarización técnica para tecnologías emergentes como la eólica marina y el almacenamiento masivo.

 

Chile: consolidación del mercado y financiamiento de baterías

 

El estudio señala que Chile mantendrá en 2026 un dinamismo notable en el desarrollo de proyectos de almacenamiento con baterías (BESS), muchos de los cuales obtuvieron financiamiento o iniciaron operaciones durante 2025.

 

Entre las tendencias destacadas figuran la diversificación de actores financieros, la mayor apertura a deuda especializada para proyectos de almacenamiento y el surgimiento de nuevos modelos de negocio, como los PPAs financieros o virtuales y los proyectos standalone de baterías.

 

En materia regulatoria, se espera que las modificaciones al Reglamento DS 88 —que regula la generación distribuida— entren en vigor durante 2026, fortaleciendo el marco para integrar soluciones de almacenamiento en redes de distribución. Además, se prevé una nueva licitación de PPAs regulados, por aproximadamente 1.300 GWh/año, para abastecer la demanda a partir de 2029.

 

Pese al progreso, Garrigues advierte que la congestión en el norte del país y la necesidad de ampliar el sistema de transmisión seguirán siendo desafíos estructurales, mitigables en parte mediante el despliegue de baterías.

 

México: nuevo impulso a la inversión privada

 

En México, la publicación destaca un nuevo ciclo de oportunidades para proyectos de energía limpia y almacenamiento tras los recientes ajustes regulatorios.

 

La Secretaría de Energía (SENER) ha elevado su meta de generación limpia al 38 % para 2030, con un fuerte protagonismo de la inversión privada: se estima que entre 2025 y 2030 el 96 % de los nuevos proyectos provendrán de fuentes renovables intermitentes, principalmente solar y eólica.

 

El almacenamiento se perfila como una pieza estratégica para mejorar la eficiencia y la estabilidad de la red eléctrica. Los proyectos BESS podrán ofrecer servicios de capacidad, gestión de demanda y respaldo en horas pico. La nueva regulación prevé permisos de generación por hasta 30 años y de almacenamiento por hasta 20 años, otorgando mayor certeza jurídica y financiera a los inversionistas.

 

Garrigues subraya que los desarrolladores deberán evaluar cuidadosamente el perfil de riesgo en función de los nodos de conexión, las curvas de precios horarios, los terrenos disponibles y las evaluaciones ambientales y sociales.

 

Perú: reformas normativas y apertura al almacenamiento

 

En Perú, 2026 será un año clave para la implementación de reformas destinadas a diversificar la matriz eléctrica y fomentar el almacenamiento energético.

 

El Ministerio de Energía y Minas (MINEM) ha emitido proyectos de decreto derivados de la Ley N° 32249, que modificó la Ley N° 28832 para abrir el mercado y reducir barreras de entrada. A partir de enero de 2026, los servicios complementarios —incluido el almacenamiento mediante baterías— podrán ser prestados por generadores, transmisores o distribuidores con autorización del MINEM.

 

Aunque el almacenamiento ya se emplea en algunas centrales híbridas, no existía un marco legal para proyectos independientes. La nueva regulación permitirá desarrollarlos y abrirá la puerta a nuevos esquemas de inversión.

 

Asimismo, los PPAs financieros o virtuales ganan protagonismo como herramienta para garantizar ingresos y viabilidad financiera, especialmente en un mercado donde la potencia firme reconocida a las renovables aún es limitada.

 

Una región en transformación

 

Garrigues concluye que Latinoamérica se encamina hacia un 2026 estratégico para la consolidación de las energías renovables y el almacenamiento eléctrico. La evolución normativa, la llegada de nuevos actores financieros y el avance tecnológico marcarán el ritmo de una transformación estructural del sector.

 

El despacho advierte que los desafíos no son menores: la integración de sistemas de almacenamiento, la expansión de redes de transmisión, la estabilidad tarifaria, la bancabilidad de los contratos y la gestión ambiental serán factores decisivos para atraer inversión sostenible.

 

En conjunto, Colombia, Chile, México y Perú representan los principales focos de crecimiento y modernización energética en la región, posicionando a Latinoamérica como un referente mundial en transición energética hacia 2026.

 

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Imagen: Gobierno de Chile

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Por Andrés Muñoz, CEO de INFOENERGÉTICA

amunoz@infoenergetica.com